Los nueve modos de orar de Santo Domingo

Dentro del VIII Centenario de la llegada de Santo Domingo a Segovia, se celebró una nueva jornada de LOS NUEVE MODOS DE ORAR DE SANTO DOMINGO, el viernes 4 de mayo con un esplendido día. Este encuentro estuvo dirigido por nuestra hermana de la Fraternidad de Segovia, Ester Bermejo, que en una brillante intervención inicial, indico a los 23 asistentes, el motivo de esta reunión e hizo una breve biografía de Santo Domingo, lo cual despertó un vivo interés dada las preguntas que formularon. Se inició el recorrido desde un sitio tan emblemático para la Ciudad de Segovia, como es el Acueducto, explicando durante el recorrido los puntos de máximo interés relacionados con nuestro Padre Santo Domingo.

Llegamos hasta el Convento de Santa Cruz, dando nuestra hermana Ester, las explicaciones oportunas sobre el mismo, desde su creación, hasta nuestros días.

Acto seguido llegamos a un lugar tan emblemático para nuestra familia dominicana, como es La Cueva, donde nuestro Padre oraba durante el breve espacio de tiempo que estuvo en esta Ciudad. Nuestra hermana Ester demostró un gran conocimiento, motivando un vivo interés por parte de todos nuestros acompañantes.

A continuación empezamos la oración con una introducción de: “Calla y escucha, pon alerta el corazón. Busca la paz”.

Seguidamente se realizó la lectura del cuarto modo de orar de Santo Domingo en que destacaríamos:

“Colocado delante del altar, fijo el rostro frente al crucifijo, Santo Domingo lo miraba con suma atención doblando las rodillas una y otra vez y hasta cien veces, y en ocasiones incluso desde que acababa completas hasta la media noche”.

“Incluso cuando andaba de viaje, en las posadas después de las fatigas de las jornadas y hasta por los mismos caminos, mientras los demás dormían y descansaban, él tornaba a sus genuflexiones, como si se tratase de una afición personal o de un ministerio propio”.

“Con este ejemplo enseñaba a los frailes, más por lo que hacía que por lo que decía”.

Santo Domingo se ponía frente a la Cruz y tiene el significado de homenaje en la adoración. Todo este movimiento de ascender y descender de Domingo ante el Crucificado, es dar gloria al Padre, como fuente inagotable de amor y misericordia que emanaba Dios por mediación de su Hijo hacía la humanidad.

Este ejemplo que quería dar a sus frailes deberíamos aplicarlo hoy en día, cuando nos encontramos cansados e incluso hastiados de nuestros quehaceres diarios, no sabiendo valorar lo que tenemos y sobre todo que no somos capaces de tomar el vivo ejemplo de nuestro padre Santo Domingo y preferimos seguir otros derroteros, posiblemente más cómodos, pero que al fin y a la postre nos conduce una infelicidad constante.

Con un Padrenuestro y una oración a Santo Domingo, dimos por concluida la visita.

Como resumen final se podría decir que la gente salió muy contenta, de los 23 asistentes, 18 se quedaron a la oración, se dio a conocer La Cueva que para muchos era totalmente desconocida a pesar de que eran de Segovia. Indicándoles que podrían invitar a familiares y amigos a visitarla.

Asimismo, se les informo de la Predicaminata a celebrar a finales de mayo, como parte del camino que realizó Santo Domingo para fundar el primer convento en Segovia.

 

 


Mari Cruz Riesco Navas OP y José María Vega del Olmo OP

Fraternidad Laical de Sto. Domingo “Nuestra Señora de Atocha”

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