Quien hace cosas de Cristo, con Cristo debe estar siempre.

Acabamos de celebrar la fiesta del B. Angélico, que fue pintor de ideas, transmisor de contenidos y comunicador de conceptos doctrinales. Utiliza las líneas formas y colores para dar concreción y expresión al tema que desea expresar. La mezcla de colores con elocuencia cromática, habla gráficamente con la imagen. El color será su vehículo de expresión intelectual.

Si hay algún artista que haya pintado a Santo Domingo con expresión elocuente de la Palabra con sus gestos, este es fray Juan de Fiésole. Entre sus obras ocupa un lugar privilegiado, a quien profesa un afecto especial de piedad y de reconocimiento.

Angélico, habiendo podido vivir con mucha comodidad en el siglo, por su excelente trabajo en el arte de la pintura y miniaturista, que venía ejerciendo desde joven, quiso sin embargo hacerse religioso de la Orden de Predicadores. Quiere predicar con su pintura y así unir su voz a la de los demás, servirse del arte pictórico, para predicar con la espiritualidad de su inspiración creadora; no solo predicara con la palabra, sino, sobre todo, desde el púlpito de su taller.

Quienes se dedican a las cosas eclesiásticas y santas deben ser hombres buenos y de iglesia. Así Fra Angélico fue hombre de vida santísima, tranquila y humilde. Por eso gustaba decir continuamente “quien hace cosas de Cristo, con Cristo debe estar siempre.”

Nosotras siguiendo la tradición monástica del trabajo artístico, realizamos nuestra artesanía como una forma de proclamar el evangelio, en la belleza y armonía de los colores como testimonio y mensaje cristiano. Buscamos que quienes quieran disfrutar de una de nuestras figuras en sus casas puedan encontrar en ellas la belleza y paz de Jesucristo.

En medio de este centenario, acudimos a la intercesión del Beato Angélico, nuestro patrón, para que como él “estemos siempre con Cristo, al hacer las cosas de Cristo”.

 

 

Comunidad de monjas dominicas
Monasterio de Santo Domingo el Real de Segovia